
“Ciencia Hipocrática”
Por: Frank Espino.
(“La medicina es la más noble de todas las artes, pero, debido a la ignorancia de quienes la practican, va muy detrás de las demás”) Hipócrates.
“El Juramento Hipocrático”: Una paradoja, no lo escribió Hipócrates”
Ante un evento clínico inapropiado, algún acontecimiento huelgario propuesto por la AMD, o algún elemento social que concierne al médico sale a relucir “Falta del Juramento Hipocrático” el cual es desconocido no solo por los que manejan informaciones, sino también por la misma clase a quien se le dedicó.
Hipócrates, padre de la medicina, fue un hombre, no un dios griego.
Nació en el año 460- a de J.C. en la isla de Cos en el mar Egeo. Muy poco se sabe de su vida. El padre fue miembro del templo de Cos, por lo que desde niño fue iniciado como era la tradición en el arte de curar. Viajó por Asia menor y Grecia. Su vejez transcurre probablemente en Larisa donde existe una lápida conmemorativa de la fecha de su muerte 380-70 a.C.
Para Hipócrates la medicina era un arte a la vez que una ciencia. Platón lo aludió diciendo que “era un distinguido maestro de la medicina” y repitió sus palabras de que “no puede uno entender la naturaleza de las partes del cuerpo sin entender la naturaleza del organismo entero”. Si bien, rechazó a la mayoría de las teorías especulativas propuestas por los filósofos para explicar el comportamiento y la salud del ser humano, Hipócrates aceptó la doctrina humoral de su época. Según ella, los hombres eran flemáticos, o anímicos, coléricos o melancólicos lo cual dependía de la mezcla de los cuatro humores (líquidos) en el cuerpo: frío, caliente, seco, húmedo.
Un grave exceso o deficiencia de cualquiera de los humores del cuerpo se traduciría en el comportamiento anormal, mala salud o inclusive la muerte. “El deber del médico consistía en establecer y conservar el equilibrio adecuado de los humores del cuerpo” según su experiencia.
Su obras están incluidas en el “Corpus Hippocraticum”, donde algunos maestros de la medicina antigua, empezaron a escribir sus experiencias clínicas para documentar el conocimiento médico e instruir a las futuras generaciones, se conservan hasta 60 obras, aparecen durante la vida de Hipócrates 460-380/70 a. D. C. Algunos inclusive antes, y los últimos probablemente en el siglo II d. C.
En el libro Crónica de la Medicina, se hace referencia; que entre el “Juramento Hipocrático” y el padre de la medicina(Hipócrates) no existió relación, y sustenta la aclaración en lo siguiente:- “El llamado Juramento Hipocrático sigue considerándose aún el fundamento de la ética médica, sin embargo este documento y probablemente el más conocido de los que conforman el Corpus Hippocraticum, no es de Hipócrates, ya que tanto la prohibición del aborto, como la eutanasia prácticas ambas legítimas para los médicos hipocráticos, indican que se trató de un documento post-hipocrático”.
Continúa la cita – “los estudiosos opinan, que la prohibición de realizar amputaciones, es un claro indicio de que los promotores del tal juramento fueron influidos por la secta pitagórica (500-350 a. d. C. ) que realizaban las intervenciones o cortes como método terapéutico” – termina la cita.
Sin embargo, ¿quién no tiene la creencia de qué, el Juramento no pertenece a Hipócrates en todas sus partes, aunque así no sea la realidad?. No obstante es preciso que continúe considerándose ,(el juramento) como un estandarte de responsabilidad, moralidad y ética para el médico, como lo es, la mujer con venda en los ojos sosteniendo la balanza entre sus manos, para la Justicia.
Algunos colegas, amigos, estudiantes de medicina, Residentes Médicos, y personal de las instituciones en donde laboramos, nos han solicitado que dicho Juramento les sea proporcionado, entendemos que este es el medio mas oportuno. Deseamos puedan sacar sus propias conclusiones.
1. “Juro y pongo a Apolo, el médico, y a Asclepios e Hygieia y Panakeia y a todos los dioses y diosas como testigos de que cumpliré este juramento y este acuerdo según mi competencia y mi entendimiento. Respetaré al que me enseñó este arte como si de mi padre se tratase. Le dejaré participar en mi sustento, así como le daré de lo mío cuando esté en apuros. Trataré a sus hijos como si fuesen mis hermanos y les enseñaré este arte si lo desean sin pedirles retribuciones ni contratos. Así mismo, dejaré participar a mis hijos, así como a los del preceptor, y a los estudiantes obligados por contrato y jurados según la tradición médica, pero a nadie más, en los mandamientos, las clases, y todas las demás instrucciones.
2. Adoptaré prescripciones facultativas a favor del enfermo y conforme a mi competencia y mi diagnóstico, pero cuidaré de aplicarlos sin perjudicar a nadie, ni de forma injusta
3. Tampoco daré ninguna medicina mortal, ni siquiera cuando me lo pidan, y además no daré consejo al respecto. Tampoco facilitaré a ninguna mujer un abortivo
4. Mantendré mi vida y mi oficio de forma devota y con fidelidad
5. No extirparé, ni siquiera los que sufren de cálculos, dejando esta práctica en manos de hombres especializados en ello
6. Entraré a todas las casas a las que llegue en el interés del enfermo libre de cualquier injusticia y cualquier delito y especialmente de abusos sexuales en mujeres y hombres, así como en los criados y en los esclavos.
7. No mencionaré ni lo que veo, ni lo que oigo durante el tratamiento, y lo mantendré en secreto, al igual que fuera de mi consulta, en el trato con personas, cuando se trate de algo confidencial
8. Si consigo cumplir este juramento y no romperlo, que se me conceda la posibilidad de progresar en mi vida y en mi oficio, haciéndome respetar para siempre por todos los hombres. Si vulnero y rompo el juramento, que me ocurra lo contrario.”
El autor es médico, profesor universitario y escritor.