3:36 a. m. with 0 comentarios »

La poca lectura de la juventud
Por: Frank Espino

“La Lectura hace al hombre completo. La conversación lo hace ágil. La escritura lo hace preciso” Francis Bacon


A pesar de que dispone y maneja enormes recursos electrónicos, que es capaz de hablar mas de una idioma con facilidad, que tiene a su alcance los medios de transporte modernos y rápidos, y puede en cierta clase social de salir con facilidad fuera del país, notamos con mucha tristeza, que ¡el amor por la lectura se ha perdido en la mayoría de la juventud!
Hoy disponemos de algunos periódicos de circulación nacional completamente gratis. Otros se pueden leer a través de la red de Internet. Sin embargo en una reciente encuesta realizada por nosotros en las aulas universitarias de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra de Santiago, República Dominicana, hicimos un sondeo con más de 200 estudiantes en el Departamento de Medicina, algunos de ellos nos expresaron que: "hojeaban algún periódico de vez en cuando", y sobre todo, "algunas secciones especiales"
¡Muchos de ellos a penas habían tenido en sus manos algún libro de lectura! Otros nos dijeron que solo en algunas ocasiones habían terminado un libro completo, cuando por carácter de obligatoriedad de algún trabajo en la escuela o bachillerato se lo impuso un determinado profesor. Es decir, en ningún momento, salió a relucir el elemento de lectura de una forma espontánea y para superación personal.
Los estudios universitarios “dan cierta libertad” y si no se les imponen ciertas reglas, es difícil que nadie tome el libro como literatura formativa, y solo se limitarán a tener una determinada lectura cuando solo le concierne a la facultad donde estén inscritos.
Ahora bien. ¿A quien culpar de esta situación de la poca dedicación y adicción por la lectura de la juventud?
Debemos hacer un examen de conciencia buscando el poco interés que muestran los padres en sentido general para que sus hijos se sientan atraídos a nuevos conocimientos. Muchos profesores también son culpables por no estimular adecuadamente y ejercer su influencia con sus estudiantes para hacerlos partícipes de la busca de conocimientos a través de la lectura cotidiana. El Estado es culpable por las pocas facilidades económicas para su adquisición.
Son culpables los mismos jóvenes, que por comodidad o vagancia, prefieren buscar los conocimientos en el lugar que les resulte mas fácil, sin hacer conciencia de que la lectura a través las líneas tintadas es el alimento cultural y acúmulo de experiencia que será por muchos años insustituible. En definitiva son muchos los culpables, por eso nadie prefiere tirar la primera piedra.

Artículo publicado en el Periódico La Informacion, de Santiago, República Dominicana, en mi columna "Ciencia Hipocrática" el dia 17 de enero del 2007

E-Mail: frankoespino@hotmail.com
http://frankespino.blogspot.com

0 comentarios